Pienso en usted todo el santo día. Ayer, para no ir más lejos, un grupo de adolescentes secundarios me pidió que les sacara una foto. Yo puse el dedo y la foto salió torcida. Mientras les devolvía la cámara, ellos me escucharon asombrados: “La única fotógrafa auténtica es la señora Warren”, les sermoneé. Más tarde, antes del atardecer (before sunset), leí unas notas suyas en no sé en qué diario. Usted se codeaba con Poporska, Kufuyka, zwerrrkinov, moholy, Andrade, y entonces entendí que ante semejante cosmopolitismo lo mío era una versión absurda y lamentable de algún tipo de pobre regionalidad. Entré por casualidad a la página de uno de ellos: me asombraron rápidamente los textos en portugués, o brasilero, no distingo. Después encontré dos fotos: una de una chica flaca, muy flaca, otra de una mujer (muy) bonita, aún a cara lavada. Esa foto (junto con otras) me hizo pensar en la pornografía, en C. G. Jung y sus lecturas diabólicas del budismo zen y en la propaganda de Bayaspirina que ganó el premio Clío en el 98. Yo sigo igual: triste, deprimido, y fanático (no sé por qué insisto en escuchar a Depeche Mode). Con un profundo amor, la saluda.
1 comentario:
Villa Allende, 25/11/09
Estimada señorita Warren:
Pienso en usted todo el santo día. Ayer, para no ir más lejos, un grupo de adolescentes secundarios me pidió que les sacara una foto. Yo puse el dedo y la foto salió torcida. Mientras les devolvía la cámara, ellos me escucharon asombrados: “La única fotógrafa auténtica es la señora Warren”, les sermoneé. Más tarde, antes del atardecer (before sunset), leí unas notas suyas en no sé en qué diario. Usted se codeaba con Poporska, Kufuyka, zwerrrkinov, moholy, Andrade, y entonces entendí que ante semejante cosmopolitismo lo mío era una versión absurda y lamentable de algún tipo de pobre regionalidad. Entré por casualidad a la página de uno de ellos: me asombraron rápidamente los textos en portugués, o brasilero, no distingo. Después encontré dos fotos: una de una chica flaca, muy flaca, otra de una mujer (muy) bonita, aún a cara lavada. Esa foto (junto con otras) me hizo pensar en la pornografía, en C. G. Jung y sus lecturas diabólicas del budismo zen y en la propaganda de Bayaspirina que ganó el premio Clío en el 98.
Yo sigo igual: triste, deprimido, y fanático (no sé por qué insisto en escuchar a Depeche Mode).
Con un profundo amor, la saluda.
Francis Ford Molloy.
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