son esta patria acariciadora
I
El Ku-Klux-Klan y sus hombres
embutidos en paños cosidos
por las manos las manos de sus mujeres ajadas
de tanto derroche de lavandina y almidon
y tablas de madera gastadas por el roce de la piedra
y los saludos de la helice de algun vapor
que empuja el agua el agua
blanca comadrona acuclillada
reza sobre las piedras pintadas
de espuma blanca de jabon
en las orillas de Mississipi,
finaliza su alianza con el Movimiento de Exterminacion de Enanos
La nueva consigna,
el empaquetamiento
de todas las cupulas ojivales de una gran catedral gotica
la catedral mas oscurantista
con sus respectivos frailes gordos luciendo la tonsura
y la mirada huidiza de lascivia acumulada entre el olor a humedad de siglos
la que más sugestione con sus gargolas acechando desde las alturas
la inspiracion al thriller gotico
y a los paseantes solitarios.
Sera la catedral mas prepotentemente falica,
la mas encubierta de blanco, anglosajona y protestante
dominando el mundo desde alguna ciudad del norte.
Tras el scoutting y el hallazgo largas sabanas king size de color blanco
seran cocidas durante siete dias por cien jovenes virgenes
reputadas walquirias comprobaran la presencia del himen al tacto
y asistiran el mantenimiento del fuego sagrado
donde estas vestales hiervan los largos tramos de tela
en un gran caldo de azufre y lavandina
mientras escrupulosos veteranos de ambas organizaciones
contribuiran a remover las partes pudendas y controlar la higiene moral
de las intervinientes en esta liturgia sanitaria.
Christo tiembla,
le plagiaron el concepto
y los criticos pregonan
por la emergencia de los campeones del realismo encapuchado
por el white male art
por el asalto a los cielos con obeliscos de almidon
iluminando los iconos cristianos.
Y a las llorosas virgenes empalidecidas
acumulan rezos y plegarias bajo sus faldas
las matronas sollozando por las manchas del barro ribereño
que violentan su desempeño de lavandina y almidon
Por el esfuerzo blasfemo de provocar a pigmeos, enanos y negros
Por la ilusion optica de la catedral nevada
encendida de blanco con las augustas sabanas de generaciones
y generaciones de ajuares de casamientos saqueados
y con el viento rebotando contra las costuras de hilo sisal
levanta olas de un mar blanco el viento desde sus cupulas
la gran catedral flamea y asciende
y los frailes
los frailes con antiparras
esquiando entre las cupulas
resbalan remolonamente por las bovedas
con sus sandalias dibujando caminos de barro
por el iceberg sagrado.
II
Ho-Chi-Min de incognito en los campos de arroz
azuza a las vietnamitas a que abandonen sus labores domesticas
y le laven su gorra verdecon cepillo y jabon
en las orillas de un rio donde tambien se seca su camisa cuello mao
mientras las niñas se pelean embarrandose en las orillas
por revolcarse en el estandarte proletcult
y empapar sus cuerpos del sudor de la gesta epica
contra el Dios blanco del trueno.
Min observa el fluir de las aguas
distraido por una columna de hormigas
que tiende un puente entre los petalos de una florcita amarilla
la cual comienzan a devorar inmediatamente cruzado el charco.
Mientras confunde con el barro su deposicion reciente
fantasea con desplegar un gran puente colgante
que perpetuara para la posteridad su broncinea sabiduria oriental
a traves del reclutamiento de los adolescentes tullidos,
la gran mano de obra residual del conflicto.
Quizas algun miembro del partido podria orquestar
un regimiento de muñones
para el enhebramiento de todas las sogas mendigadas
en los campos de concentracion y aldeas vecinas.
Y así montar la precaria obra arquitectonica
donde hamacar a las jovencitas impuberes de la region
para dedicarse exclusivamente a la contemplacion del rio
de las florcitas amarillas arrastradas por la corriente
y sus casitas de paja humeda
de hombres ausentes y poluciones nocturnas.
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