Anoche, después de mi clase de aerobox -puño, gancho, patada, puño, gancho, patada- vimos con el Nicki, por tercera vez, Kill Bill entera.
Aprendí, entre muchas otras cosas, acerca del valor de una katana Hatori Hanzo, el ataque de la grulla, la garra del tigre y la herencia de Pai Mei: los cinco golpes de la muerte.
Y llegué a la conclusión de que un gato es el accesorio imprescindible de una seducida y abandonada.
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